jueves, 25 de febrero de 2010

"Monday Bloody Monday"





"..Nos han enseñado a avergonzarnos del deseo. Nos hemos dejado el cabello largo y con el ocultamos nuestros sentimientos .Pero la sombra de la mujer salvaje acecha todavía a nuestra espalda, noche y día. Dondequiera que estemos, la sombra que trota detrás de nosotros, tiene sin duda cuatro patas"
C. Pinkola







LUNES
La vida se cobra almas para continuar con sus retazos de esperanza, y los más débiles, se quedan atrás..
Los duros se regocijan de su lucha ganada y no resarcida. Y los vencedores, esperan y se desesperan, en la soledad del fuerte, en la oscuridad del cruel.

Ayer se libró la batalla de la espera.
Hoy, tu saboreas el festín de la dicha y la victoria, aunque relativo del día a día. A mí me quedan resquemores del deseo y el desasosiego, y aún rasca y cosquillea el temor a las baldosas de la mudanza y el destierro.
Mi lunes ya no es como mi viernes, y las horas, son solo sombras simétricas, que tan solo llenan la nada de mas vacío. Que anuncian con la mordedura de tu partida, más desánimo y hastío.

LUNES
Andaré a tientas siguiendo tu destello desdibujado en mis pupilas, para continuar con la vida que me ha tocado vivir.. Nada hay en mi regazo que pueda ofrecer, ahora estéril, a unos futuros abrazos.
Jamás me bañaré de nuevo sumida entre tus manos temblorosas y mi cabeza prendida en un cordel de plata, que ahora se rebela, cortando las bridas de tus poderosos encantos y me deja, salvaje y sola, sin tu esclavo deseo.
Viajaré a otros mundos perdida, con esta cruel espada que me atraviesa de parte a parte, sin alma, sola ante mi lucha por la supervivencia.
Soy un animal que, evoluciona a tientas, dando tropezones, un mamífero que respira a bocanadas el oxígeno que lo mantiene vivo. Soy una criatura que avanza a dentelladas, contra el monstruo de la existencia.

LUNES
Me caigo, siento que me caigo sin tu fuerza.
Ni tu flaqueza, ahora me despierta la ira de los océanos junto al tierno encuentro de un futuro no elegido……
Sin entender que me empujaba hacia ti, desde el principio.
Pero, ni ahora ni nunca, lograré comprender lo que, en sueños, y en nuestras tiernas realidades alumbraban tus palabras de poeta, ahora mudo y tus manos de pintor castrado.
Siempre sediento.


LUNES
Sed.
Siento tu sed sobrevenirme con fiereza, como si fuese mi necesidad misma; tu eterna sed nunca sofocada que te empujaba a buscar lo extraño e insólito.
Y sin embargo, mi hambre primigenia y animal, me lleva a vivir saciando las básicas prioridades corporales, sin mas, como en un bucle sin sentido, sin encontrarme completa y satisfecha.
Viviendo cada día como si fuera el mismo que el anterior.
Sin un destino que perseguir, solo añorándote, cada una de estas noches, sin vida que vivir.
Sin ti.
Bebiendo sin sed, para silenciar tus aullidos dentro de mi. Deseando sentirte de nuevo, y sin poder evitarlo, solo cuando me ahogo, percibiendo que al fin te calmas,..para seguir bebiendo.
Ambos sabemos que volverás a desgarrar mi carne desde dentro, mientras no permita que salgas de mi lucharas por liberarte, y eso, en mi quietud me está matando muy lento.

Tú sientes una sed desmedida e irracional y yo bebo por ti hasta morir por dentro.

LUNES

No puedo evitarlo. Aunque no lo entiendas es algo que no puedo evitar.
Hoy camino por las calles tropezando contigo a cada paso.
Me cruzo con tu mirada, tu desidia, tus ganas de gritar, tu piel, tus pantalones…
Me gustaría salir corriendo atropellando a todas esas almas sin rumbo, quizás así fueran capaces de despertar; si supieran todo lo que se están perdiendo, si supieran toda la belleza que desperdician dentro de si mismos..si por mi fuera les daría caza uno a uno, y follaria salvajemente con todos...
Y cuando sus ojos fueran capaces de volver a brillar, los devoraría hasta saciarme, poseyendo todos los trozos de ti que flotan esparcidos con el miedo de cada individuo mediocre y zafio, y que se mezclan en millones de partículas anónimas y perversas para dormirse civilizadas en su humanizado silencio.


MARTES


Miro por la ventana al patio buscándote pero, ahora te me callas, y ya no soy capaz de encontrarte. Solo hay un montón de desconocidos que no me dicen nada..
No se donde estas, no puedo verte.


La enfermera irrumpe en la habitación, con la medicación y dice algo blandiendo una estúpida y controlada sonrisa...
La miro, y me repite autocomplaciente:

- " Esta tarde le he traído un zumo para tomar su medicación"-

Intento recordar, que debo decir, que debo hacer, como me debería sentir para tenerte conmigo de nuevo pero lo único que extrañamente puedo responder es:

-" Gracias pero...es que hoy no tengo sed"-

martes, 24 de noviembre de 2009

De aquella vez en 1ª persona del singular




“Las palabras salían descontroladas de tus labios y, mientras me abrazaba cabizbaja, te escuchaba estremecida sin llegar a creerlo…tus manos me buscaban y yo, de nuevo, temblaba…”


( Molina de Segura 2009)

Hoy voy a hacer algo inusual en mi blog. Hoy, sin tapujos, sin vendas, va a hablar la persona que se oculta tras la escritora. Y voy a dejar la ficción para otro día.

Como me gustaría que esta fuera una de esas veces en las que, mi voz se oculta tras la narradora, y del teclado surge la fantasía..Pero como los grandes escritores afirman, no hay mejor escenario que la vida misma…ni nada tan impactante como lo cotidiano..

Hoy voy a contar una historia real.

Lo que empezó siendo un leve murmullo a través de las ventanas abiertas, pasó a transformarse en lo que parecía el incomodo volumen de alguna televisión vecina.
Comentaba esta circunstancia y otras faltas de urbanidad propias de los tiempos que corren en casa de una amiga el sábado por la mañana, ante una cafetera y dos tazas en la mesa de su cocina.

De cómo actualmente pareciera que nos hemos convertido en sombras que habitasen cuevas aisladas, a las que no les importan lo mas mínimo los seres que viven a su alrededor, cuando las voces lejanas se han ido tornando en gritos y golpes.
Silencio.
Mi amiga y yo, pasamos de la indignación a la duda y el silencio.
Rápidamente intercambiamos conjeturas, y nos acercamos a la ventana para cerciorarnos de lo que se escucha cada vez más alto.
Unos golpes secos y rítmicos, como de muebles que caen, retumban creando un eco estremecedor, mientras que la voz desgarrada de una mujer implora que pare.

Nos agarramos al alfeizar pero, desde el patio de luces no se ve nada..nos asomamos una vez mas…
De pronto se escuchan ya claramente amenazas e insultos de una voz masculina fuera de si, acompañados con aullidos de dolor y miedo de la mujer, pero seguimos sin saber de que piso proceden exactamente.
Aún sin creerlo, vemos como van saliendo cabezas de vecinos en respuesta a los lloros espeluznantes de la mujer que, entre rotundas sacudidas, está suplicando por su vida, sin que el hombre se calme.

Salimos al descansillo y corremos escaleras abajo temblando, mientras continúan los golpes, que como crueles latidos, deciden el pulso de los seres encerrados tras la puerta del 1ºB. Allí encontramos a otros vecinos espantados como nosotras, que gritan impotentes al maltratador que pare, que la policía está en camino.

Pasan los segundos..
Las llamas del infierno se han ido apagando solas, y un débil llanto es ya lo único que se puede oír entre las carreras de los agentes de policía, que tras identificarse, están derribando la puerta de entrada a patadas, mientras nos piden que volvamos a entrar en nuestras casas.

Nos miramos los allí presentes, con la sensación de vacío, de incredulidad. Derrotados y perdidos en aquel oscuro pasillo sin saber bien que hacer; cómplices de la desolación y la valentía del momento que nos ha reunido, a la mayoría por primera vez, pese a vivir a muy pocos metros. Como si las sombras hubieran salido de sus cuevas y hubiesen sido capaces de escapar de su ostracismo crónico y encender juntas un pequeño fuego.

Alguien pregunta “¿creéis que ella…?
Cruzamos miradas y a pesar de que nadie contesta, no necesito conocer el resultado del informe médico.
Solo sé que, temblaba sin control al escuchar a esa mujer indefensa implorar ante una bestia iracunda, temblaba al bajar las escaleras corriendo sin saber lo que me iba a encontrar, y volveré a temblar cuando, entre mis sueños, se cuelen sus gritos al mirar cara a cara a la muerte.
Ahora no tiemblo, irradia desde mi interior en su lugar, una gelidez devastadora; un frío crudo que me traspasa.
Estático, seco, sordo.
Solo un frío como no había sentido jamás..


Como me gustaría que esta fuera una de esas veces en las que, mi voz se oculta tras la narradora, y del teclado surge la fantasía.
Y con ese teclado, dibujar una vida nueva, lejos, en otra ciudad cerca del mar, en un piso de acogida, con otras mujeres como ella, con un trabajo a media jornada, y acudiendo por las tardes a clases gratuitas de Pilates en el centro cultural de su barrio, como siempre había querido hacer.

Pero hoy he dejado que se escuche mi voz, porque, por una vez, solo fui figurante y, la historia y su cruda realidad, me encontraron a mí.

martes, 17 de noviembre de 2009

De aquel dulce y extraño dia


( Brugge 2008)


¿Es posible vivir sin interferir?
Recordarse frecuentemente para no olvidar…

(piece of paper, Brugge)



La plaza estaba bullendo llena de visitantes que, la recorrían deleitándose con sus magnificas torres medievales enmarcando una mañana casi primaveral y soleada, a pesar de estar en febrero.
Decenas de cámaras fotográficas, atrapaban un sol resplandeciente que se filtraba en las vetustas calles de Brujas, dotándola de una luz mágica a sus ya de por si míticas edificios e iglesias, y convirtiendo a la ciudad de cuento en un entorno de leyenda.
- "Es un día de lo más insólito".-

Mi flequillo se mecía suavemente justo encima de una ración de patatas fritas con salsa andaluza que sostenía entre mis manos, mientras disfrutaba extasiada de mi breve parada en los escalones de la plaza de Brujas para tomar aliento antes de seguir el recorrido de la ciudad encantada.
El clima belga nos había dado una rendida tregua pues, por lejano que pareciese ahora mismo, desde los últimos cinco días no había hecho más que llover y caer agua-nieve, dificultando mi vuelta al albergue diariamente, pues mis escasas ropas no llegaban a secarse totalmente para salir de excursión al día siguiente.
Ni mis botas tampoco, por supuesto.

Y mientras comía, disfrutaba de los milagrosos rayos de sol, escuchaba el arrullo de las decenas de turistas haciendo fotos, y pensaba que por fin, hoy podría descansar con la seguridad de una ropa seca para el día siguiente, abrí los ojos sonriendo.
Y justo delante de mí, en la escalinata de la plaza de Brujas, se encontraba un anciano bastante alto, bien parecido, con un largo abrigo gris, que también me sonreía.

Le devolví la sonrisa con un tímido “Bonjour “, a lo que él me correspondió con:
-“En verdad que, es un buen día el de hoy para los dos”.-

Lo cierto es que, sus palabras en español fueron como los rayos de sol de aquella mañana invernal, algo inesperado pero tan cálido y reconfortante, que casi pareciera que las estuviera esperando.
- ¿Español?- le pregunté - ¿de que parte?
- “De la España que ha cambiado tanto que olvidó ya cual era su rincón en concreto”.- me respondió mirándome con unos extraños ojos azules, y sin dejar de sonreírme.

“Y por lo que veo jovencita tu también vienes de lejos, recorriendo muchas ciudades y disfrutando de la experiencia de alejarse de lo conocido, para conocerse a sí mismo”

Al ver mi cara de desconcierto y curiosidad mientras asentía, continuó: “Tu viaje no acaba aquí, porque aún tienes muchas preguntas por descifrar, pero sigues el camino correcto”.

Metió una mano en uno de los bolsillos de su abrigo gris, y después me la tendió amigablemente, a lo que correspondí tendiéndole la mía, tras depositar la bandeja de patatas en uno de los escalones.

“Aunque eres muy valiente, puede que algún día, te sientas perdida y necesites algo de ayuda. Cuídate jovencita y suerte en tu camino”, me deseó mientras se mezclaba lentamente con la muchedumbre que se había concentrado a las puertas de la torre para visitarla..

Abrí la mano y en ella me encontré un papelito doblado con unas letras escritas en castellano. Al leerlas, miré al cielo sin comprender bien lo que había ocurrido, sin saber exactamente que hacer con todo aquello…

- Este es un día de lo más insólito..- repetí sonriendo.

Al menos, asumí que algo extraño acababa de sucederme pero de lo que no fui consciente era de que, este encuentro que parecía fortuito y sin mucho sentido, no era casual, y que, en un tiempo comprendería lo trascendental que resultaría para mi vida.